CENTRO DE MEDITACIÓN KANSHA

El ser humano puede vivir en paz y armonía en medio del mundo que eligió. Actualmente, en Argentina, Pcia. de Buenos Aires, Ramos Mejia, funciona el Centro Osho Kansha. La actividad principal es la meditación, herramienta básica para poder vivir aquí y ahora, en paz, con nosotros mismos y con el mundo exterior. El Centro de Meditación Osho Kansha realiza prácticas individuales, organiza seminarios, charlas y encuentros orientados para el descubrimiento personal.

About Me

Mi foto
Ramos Mejia, Buenos Aires, Argentina
El Método Kansha está inspirado y vivenciado para "VIVIR AQUI Y AHORA", porque sólo viviendo aqui y ahora, se alcanza la felicidad que todos anhelamos. SIEMPRE PRESENTE: AQUI Y AHORA

¿Quién es Atmaram?

Héctor Araujo, abogado, egresado de la Universidad de Morón ejerció como Letrado durante quince años. Ejerció la actividad como docente universitario de las asignaturas de Lógica y Metodología. A partir de enseñar Filosofía e interactuar con sus alumnos descubre la necesidad de trascender la mente y ahondar en su espacio interior. Las preguntas y respuestas carecían de significado, lo inunda un profundo deseo de estar en silencio, en la búsqueda de sí mismo, por lo que decide renunciar a las clases y posteriormente darle un giro de 360 grados al ejercicio de su profesión como abogado holístico.

Hace más de diciseis años comenzó la búsqueda hacia la profundidad de su ser interior a partir de la práctica de Za-Zen y Meditación. Se perfeccionó para utilizar diferentes técnicas de meditación, que van desde las más tradicionales del Budismo y Zen hasta culminar con las meditaciones dinámicas de Osho. Viajó y permaneció por varios meses en la India, y se impregnó de las enseñanzas de los instructores espirituales en sus Ashrams.


Actualmente, en Argentina tiene a su cargo un Centro Osho habilitado por la Fundación Internacional de Osho con asiento en Puna, India, facilitador en técnicas de meditación Osho, Instructor de OKIDO (Yoga Japones), Terapeuta en Cuencos de cuarzo y tibetanos, creador del Método “Kansha” para vivir el aquí y ahora, Instructor en Coaching Meditativo dirigido a individuos, grupos y empresas para trascender y a su vez interactuar con aceptación en el mundo que hoy vivimos.-

La meditacion



..Meditar es un estado de no-mente, es decir, un estado de consciencia pura sin contenido específico, en el que te conviertes en simple testigo del fluir de tus sensaciones corporales, de tus pensamientos, de tus emociones, sin ident...ificarte con ninguno, sin perseguir ningún objetivo, ningún deseo.
Los procesos mentales generan dualidad, diferenciación, evaluación, concentración, todos ellos contrarios a lo que es meditación.
Para meditar deja tu mente a un segundo plano, haciéndote liviano, indiferente y no identificado con tus pensamientos, siendo un simple testigo de los mismos. Y asi como con los pensamientos, al meditar serás testigo de tus sensaciones corporales y de tus emociones.
Hay quienes creen que la meditación es concentración: nada más lejos de la realidad. En la concentración hay un sujeto que se concentra, ejerciendo un acto de voluntad, y un objeto sobre el cual se fija la atención, creando asi una dualidad de consciencia, una separación, una demarcación de límites en la que ejerces un proceso mental que por referencia al pasado busca comparar y encontar una conclusión. Todo esto se opone al estado meditativo. Por ello la concentración crea cansancio, mientras que la meditación puede hacerse por tiempo indefinido sin agotamiento alguno, ya que la meditación no es un acto de voluntad, ni una actividad mental, sino una relajación consciente en la que no existe división o separación entre lo interno y lo externo, no estás buscando comparar nada ni persigues arribar a conclusiones de ningún tipo.

"Observar es meditación. Lo que observas es irrelevante… puedes observar los árboles, puedes observar el río, puedes observar las nubes, puedes observar a los niños jugando. El objeto no es el propósito, sino la calidad de tu observación, la cualidad de estar alerta y consciente. Eso es meditación. Cualquier cosa que hagas con presencia es meditación. La acción no es el asunto sino la calidad que le imprimes a tu acción. Caminar puede ser meditación si caminas alerta. Estar sentado puede ser meditación lo haces con presencia. Escuchar estas palabras puede ser meditación si las escuchas con consciencia. Simplemente escuchar el ruido interior de tu propia mente puede ser meditación, si permaneces alerta y observador. El meollo está en no proceder dormido y entonces todo lo que hagas será meditación...
Cuando la mente se vacía por com­pleto, toda tu energía se transforma en una llama de despertar.
"Esta llama es el resultado de la meditación".

Cualquier cosa que hagas, hazla con profunda conciencia. Entonces, inclusive las cosas pequeñas se trans­forman en sagradas. Entonces, coci­nar o limpiar se transforma en cosas sagradas; se hace culto de ellas.... No se trata de qué es lo que haces, sino de cómo lo haces. Puedes limpiar el piso como un robot, un artefacto mecáni­co; tienes que limpiarlo, así que lo ha­ces. Entonces, te pierdes algo hermo­so. Así, malgastas esos momentos na­da más que en limpiar el piso. Lim­piar el piso podía haber sido una ex­periencia grandiosa. Te la perdiste. El suelo está limpio, pero algo que podía haber pasado en tu interior no ha pasado. Si hubieras tenido conciencia, tú también (y no sólo el piso) habrías sentido el efecto de una profunda pu­rificación. Limpia el piso con plena conciencia, con el brillo del conoci­miento. Trabaja, siéntate o camina, pero con un hilo conductor: ilumina más y más momentos de tu vida con la conciencia. Deja que la vela del co­nocimiento se encienda en cada mo­mento, en cada acto. El efecto acumu­lativo de todos los momentos juntos los transforma en una gran fuente de luz.

Se trata de algo que está más allá de la mente, y en ese terreno la mente resulta abso­lutamente inútil. La mente no puede acceder a la meditación. Donde termi­na la mente, comienza la meditación. Es necesario recordar esto, porque en nuestras vidas, hagamos lo que haga­mos, lo hacemos a través de la mente; sea lo que sea lo que logramos, lo lo­gramos a través de la mente. Y enton­ces, cuando nos volvemos hacia adentro, nuevamente empezamos a pensar en términos de técnicas, métodos, ac­ciones, porque toda la experiencia de vida nos muestra que la mente puede lograrlo todo. Sí, a excepción de la meditación, la mente puede lograrlo todo.

Todo lo ejecuta la mente, salvo la meditación. Porque la meditación no es un logro; es un estado previo: es tu naturaleza. No es necesario adqui­rirla; sólo es preciso reconocerla, sólo hay que recordarla. Está allí esperán­dote: basta con darte vuelta y está a tu disposición. Te ha estado acompañan­do desde siempre.
La meditación es tu naturaleza in­trínseca: eres tú, es tu ser, no tiene na­da que ver con tus acciones. No puedes tenerla y no puedes no tenerla. No puede ser poseída, pues no es una co­sa. Eres tú mismo. Es tu ser

Mantén una mirada profunda den­tro de tu mente: fíjate cuáles son sus motivaciones. Cuando haces algo, busca de inmediato la motivación pues, si ésta se te escapa, la mente se­guirá engañándote y diciéndote q...ue la motivación es otra. Por ejemplo: lle­gas a casa enojado y golpeas a tu hijo. Tu mente dirá: "Es por su bien, para enseñarle a comportarse." Esto es una racionalización. Busca más profunda­mente... Estabas enojado y buscabas a alguien con quien pudieras enfurecer­te. No podías pelearte con el jefe de la oficina, pues él es demasiado fuerte para enfrentarlo: sería un riesgo, ade­más de un peligro desde el punto de vista económico. Necesitabas a al­guien indefenso. Ahora, como este ni­ño está totalmente indefenso, depende de ti; no puede reaccionar, no puede hacer nada, no puede pagarte con la misma moneda. No podrías encontrar una víctima más perfecta.

Reflexiona: ¿estás enojado con el niño? Si lo estás, quiere decir que la mente te está embaucando.
La mente te engaña permanente­mente, las veinticuatro horas del día, y tú contribuyes a ello. Entonces, al final, te sientes miserable y te ganas el infierno. Busca en todo momento la motivación correcta. Si puedes encon­trarla, la mente tendrá cada vez me­nos posibilidades de engañarte. Y, cuanto más te alejes de la impostura, tanto más capaz serás de moverte más allá de la mente, y de transformarte en maestro
"La me­ditación  consiste en vivir tu vida de manera alegre, festiva, totalmente, y sin una meta final, sin un propósito a la vista".

  La vida carece de propósito. No te sobresaltes. Toda la idea de pro...pósito es errónea: surge de la codicia. La vi­da es mera alegría, festividad, diver­sión, carcajada; carece de propósito alguno. La vida es su propio fin, care­ce de otro objetivo. En el momento en que entiendes esto, comprendes de qué se trata en todo el tema de la me­ditación. Consiste en vivir tu vida de manera alegre, festiva, totalmente, y sin una meta final, sin un propósito a la vista, sin finalidad alguna. Simple­mente, como un niño pequeño que juega en la orilla, juntando caracoles de mar y piedras de colores: ¿con qué finalidad? No hay propósito algu­no.

La mente implica palabras; el yo, silencio. La mente no es sino la suma­toria de todas las palabras que has acumulado. El silencio es algo que siempre ha estado contigo, no es una acumulación. Éste es el significado del yo: es tu cualidad intrínseca. So­bre el fondo del silencio, continúas acumulando palabras, y la sumatoria de todas las palabras es lo que se co­noce como mente. El silencio es me­ditación. Es una cuestión de cambiar la percepción de la forma, de desviar la atención de las palabras hacia el si­lencio, que siempre ha estado allí...
Si sientes una gran resistencia ha­cia la meditación, esto simplemente indica cuán profundamente pendiente estás de que suceda algo que modifi­que toda tu vida. Temes volver a na­cer. Has puesto tanto de ti en tus vie­jas costumbres, en la antigua persona­lidad, en la vieja identidad... Meditación es nada más que tratar de purificar el propio ser, tratar de re­frescarse y rejuvenecer, tratar de vol­verse más vivo y más consciente. Si temes la meditación, significa que le tienes miedo a la vida, que le temes al estado de conciencia, y la resistencia se produce porque sabes que, si entras en estado de meditación, es seguro que algo sucederá. Si no te resistes para nada, tal vez se deba a que no te tomas muy en serio la meditación; no la consideras muy sinceramente. En­tonces, puedes divertirte: ¿qué habría que temer?

"La me­ditación  consiste en vivir tu vida de manera alegre, festiva, totalmente, y sin una meta final, sin un propósito a la vista".  ...
Algo que tú puedes ser...pero muy difícil de expresar. Pero surje un gran deseo en tí de compartirlo, porque toda la gente q...ue te rodea está en la búsqueda de exactamente una experiencia tal. Y tu lo lograste, conoces el sendero.
Y toda esta gente está buscando por todas partes menos en sí mismos: ¡Dónde está! Tu quisieras gritarles en el oido. Quisieras remecerlos y decirles, ¡Abran sus ojos! ¿Adonde van? Donde sea que vayan, se alejan de sí mismos. Vuelvan a casa, y entren en sí mismos tan profundamente como les sea posible!'.
Este deseo de compartir se convierte en creatividad. Alguien puede bailar. Han habido místicos  por ejemplo, Jalaluddin Rumi  cuya enseñanza no era con palabras, su enseñanza era a través de la danza. Él danza. Sus discípulos se sientan alrededor, y él les dice: Quienquiera danzar conmigo, que lo haga. Es un asunto de sentirlo. Si no lo sientes, es tu asunto. Puedes simplemente sentarte y mirar'.
Pero cuando ves a un hombre como Jalaluddin Rumi danzando, algo dormido en tí se activa. A pesar tuyo encuentras que estás bailando. Ya estás bailando antes de darte cuenta que lo estás haciendo.
Incluso esta experiencia es de enorme valor, el que hayas sido atraído por una fuerza magnética. No ha sido una decisión de tu mente, no has sopesado los pros y los contras, de participar o no participar, no. Sólo la belleza de la danza de Rumi, su energía esparciéndose, se ha posesionado de tí. Tú eres tocado. Esta danza es arte objetivo.

Osho